La tierra verde se ha estropeado
a todo lo amarillo, oro, cosechas,
      terrones, hojas, grano,
pero cuando el otoño se levanta
   con su estandarte extenso
        eres tú la que veo, 
    es para mi tu cabellera
   la que reparte las espigas.
       Veo los monumentos
      de antigua piedra rota,
            pero si toco
      la cicatriz de piedra
     tu cuerpo me responde,
     mis dedos reconocen
    de pronto, estremecidos,
        tu caliente dulzura.
     Entre los héroes paso
       recien condecorados
   por la tierra y la pólvora
   y detrás de ellos, muda,
   con tus pequeños pasos, 
         eres o no eres?
   Ayer, cuando sacaron
     de raiz, para verlo,
    el viejo árbol enano,
   te vi salir mirándome
    desde las torturadas
   y sedientas raices.
   Y cuando viene el sueño
  a extenderme y llevarme
      a mi propio silencio
   hay un gran viento blanco
      que derriba mi sueño
     y caen de él las hojas,
        caen como cuchillos
   sobre mí desangrándome.
        Y cada herida tiene
         la forma de tu boca.
PABLO NERUDA



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