NADADORA DE NOCHE
                                                                                  .
Nadadora de noche, nadadora
Nadadora de noche, nadadora
                                                          entre olas y tinieblas.
                                                          Brazos blancos hundiéndose, naciendo,
                                                          con un ritmo
                                                          regido por designios ignorados,
                                                          avanzas
                                                          contra la doble resistencia sorda
                                                          de oscuridad y mar, de mundo oscuro.
                                                          Al naufragar el día,
                                                          tú, pasajera
                                                          de travesías por abril y mayo,
                                                          te quisiste salvar, te estás salvando,
                                                          de la resignación, no de la suerte.
                                                          Se te rompen las alas, desbravadas,
                                                          hecho su asombro espuma,
                                                          arrepentidas ya de su milicia,
                                                          cuando tú les ofreces, como un pacto,
                                                          tu fuerte pecho virgen.
                                                          Se te rompen
                                                          las densas ondas anchas de la noche
                                                          contra ese afán de claridad que buscas,
                                                          brazada por brazada, y que levanta
                                                          un espumar altísimo en el cielo;
                                                          espumas de luceros; sí, de estrellas,
                                                          que te salpica el rostro
                                                          con un tumulto de constelaciones;
                                                          de mundos. Desafía
                                                          mares de siglos, siglos de tinieblas,
                                                          tu inocencia desnuda.
                                                          Y el rítmico ejercicio de tu cuerpo
                                                          soporta, empuja, salva
                                                          mucho más que tu carne. Así tu triunfo
                                                          tu fin será, y al cabo, traspasadas
                                                          el mar, la noche, las conformidades,
                                                          del otro lado ya del mundo negro,
                                                          en la playa del mundo que alborea,
                                                          morirás en la aurora que ganaste.
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3 comentarios:
sencillamente excelente... no ya el trabajo en si, sino el texto que le acompaña...
saludos
Hola Ana.
Ante todo, gracias por las visita y el comentario de apoyo.
Y la poesía de Salinas...
Parece que está uno luchando con el mar mientras la lee.
Me parece un gran acierto acompañar tu singularísima creación con un texto.
Abrazo luchador y, de nuevo, gracias.
bellisimo blog. Amo el arte con todos sus derivados y la pintura y fotografia son mi fuerte...
te felicito por tu excelente calidad y buen gusto.
Un abrazo,
Lucie.
www.luciebryce.blogspot.com
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